Ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de la corrección de los dientes y huesos posicionados incorrectamente. Los dientes en mala posición y los que no muerden correctamente unos contra otro son difíciles de mantener limpios, corren riesgos de pérdida precoz debido a caries y enfermedades periodontales, y ocasionan una tensión extra sobre los músculos de la masticación que puede generar dolores de cabeza, síndrome de ATM y dolores varios en cuello, hombros y espalda. Además, los dientes girados o posicionados incorrectamente desmerecen nuestro aspecto.
Los tratamientos ortodóncicos tienen la ventaja de proporcionarnos una boca sana, una sonrisa de aspecto agradable y dientes con mayores posibilidades de durar toda la vida.
El especialista en este campo recibe el nombre de ortodoncista. Además de la formación universitaria básica de cuatro años, el ortodoncista cuenta con dos o más años de estudio en un programa de especialización ortodóncica avalado por la SEP o la UNAM y por la escuela donde se estudio.
¿Cómo sé si necesito tratamiento de ortodoncia?
Sólo su dentista u ortodoncista puede determinar si usted necesita un tratamiento de ortodoncia basándose en elementos de diagnóstico tales como historia clínica y odontológica completa, examen clínico, modelos en yeso de sus dientes, radiografías y fotografías. De acuerdo con el diagnóstico realizado, su ortodoncista u dentista decidirá si usted necesita un tratamiento de ortodoncia y desarrollará un plan de tratamiento adecuado a sus necesidades.
Si usted tiene alguna de las siguientes afecciones, es probable que necesite un tratamiento ortodóntico:
- Sobremordida: Las coronas de los dientes anteriores superiores cubren casi por completo las coronas de los dientes inferiores.
- Submordida: El paciente presenta un aspecto de «bulldog», ó los dientes inferiores se extienden excesivamente hacia delante o bien los superiores se posicionan muy hacia atrás.
- Mordida cruzada: Se presenta cuando al morder normalmente, los dientes superiores no caen levemente por delante de los inferiores anteriores o ligeramente por fuera de los dientes inferiores posteriores.
- Mordida abierta: Espacio que se produce entre las superficies de mordida de los dientes anteriores cuando de algún lado el resto están cerrados.
- Línea media desplazada: Se produce cuando la línea imaginaria que divide en el centro a los dientes anteriores superiores no se alinea con la de los dientes inferiores.
- Espaciamiento: Separaciones o espacios entre los dientes como resultado de piezas faltantes o dientes que no ocupan todo el espacio.
- Apiñamiento: Cuando los dientes son demasiado grandes para ser acomodados en el espacio que ofrecen los maxilares.
¿Cómo funciona el tratamiento ortodóncico?
Se utilizan diversos tipos de aparatos, fijos y removibles, para mover los dientes, volver a entrenar los músculos y modificar el crecimiento de las mandíbulas. Estos aparatos funcionan aplicando una presión suave sobre los dientes y los huesos. La severidad del problema deteminará cuál será el enfoque ortodóncico más eficaz.
Los aparatos fijos incluyen:
- Ortodoncia: Los aparatos fijos más comunes, consisten en un sistema de bandas, alambres y brackets. Las bandas se fijan alrededor de los dientes, o el diente, y se usa como anclaje del aparato, los brackets se cementan en el frente del diente. Los alambres del arco se pasan a través de los brackets y se atan en las bandas. Al ajustar los alambres se ejerce presión sobre los dientes y se los mueve gradualmente a la posición correcta. La ortodoncia se ajusta mensualmente a fin de lograr los resultados deseados, éstos pueden llevar meses o un par de años. Las ortodoncias de la actualidad son más pequeñas, livianas y con menor cantidad de metal que en el pasado. Vienen en colores brillantes para los niños o modelos transparentes preferidos por los adultos.
- Aparatos fijos especiales: Se utilizan para controlar las consecuencias del mal hábito de succión del pulgar o del empuje de la lengua contra los dientes. Esos aparatos se sujetan a los dientes mediante las bandas. Como son muy incómodos durante las comidas, se recomienda su uso sólo como último recurso.
- Retenedores de espacios fijos: Si un bebé pierde un diente prematuramente, se utiliza un retenedor para mantener el espacio abierto hasta que erupcione el diente permanente. Se coloca una banda en el diente contiguo al espacio vacío y se extiende un alambre desde el diente hasta el otro extremo del espacio.
Los aparatos extraíbles incluyen:
- Alineadores: Constituyen una alternativa a la ortodoncia tradicional para adultos, un número creciente de ortodoncistas utilizan alineadores en serie para mover los dientes del mismo modo que trabajan los fijos, pero sin alambres metálicos ni brackets. Son virtualmente invisibles y deben ser retirados para comer, cepillarse y limpiarse con hilo dental.
- Retendedores de espacios removibles: Cumplen la misma función que los fijos. Se confeccionan con una base acrílica que se adapta al hueso, tiene ramas de plástico y alambre que se extienden entre dientes específicos para mantener el espacio entre los mismos.
- Aparatos de reposicionamiento de la mandíbula: Denominados entablillados, se colocan sobre los maxilares superior e inferior y entrenan a la mandíbula a cerrarse en una posición más favorable. Se pueden utilizar para corregir los trastornos de la articulación temporo mandibular (ATM).
- Separadores de labios y mejillas: Están diseñados para mantener los labios y mejillas separados de los dientes. Los labios y los músculos de las mejillas ejercen presión sobre los dientes y estos aparatos ayudan a aliviarla.
- Expansor de paladar: Se utiliza para ampliar el arco del maxilar superior. Es una placa de plástico que se adapta al techo de la boca. Al aplicar, mediante tornillos, una presión externa sobre esa placa se fuerza la unión de los huesos del paladar para que se abra longitudinalmente ensanchando el área del paladar.
- Retenedores removibles: Se usan en el techo de la boca, evitan el corrimiento de los dientes a las posiciones originales. También, se les puede modificar y utilizar para evitar el mal hábito de la succión del pulgar.
- Casquetes: O arco facial, con este dispositivo se coloca una correa alrededor de la parte trasera de la cabeza y luego se la une a un alambre en el frente. Los casquetes impiden el crecimiento del maxilar superior, retienen los dientes traseros en la posición en que se encuentran y al mismo tiempo tiran hacia atrás los dientes anteriores.